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martes, 22 de junio de 2010

"Andando por un mundo que intentamos entender"


Y con dicho título quiero iniciar mi “blog”....un espacio con el que pretendo expresar mis humildes ideas en relación al mundo que me rodea.


Reconozco no tener el “don de la palabra”, sin embargo la inquietud –desvirtuada en muchas ocasiones por la pereza- ha sido el factor detonante en la realización del presente espacio. No sé si tendré la periodicidad necesaria que requieren los “blogs”, es más, no sé si después de la primera entrada seguiré...el tiempo y el cansancio junto con la pereza son mis mayores enemigos, aunque las ganas de expresar todo lo que pienso son el gran aliciente para tirar adelante.



La sencillez y mi limitado conocimiento en las nuevas herramientas, que en la actualidad el mundo nos ofrece, van a estar presentes en La escena de la locura y quiero que sea el “sello de la casa”.


El nombre otorgado al presente espacio se deriva de mis fascinación por las famosas escenas de locura que se producen en el mundo operístico. Desde Lucia di Lammermoor -Donizetti- a I Puritani –Bellini- pasando por el Hamlet de Ambroise Thomas, los personajes caen en un círculo de decadencia muchas veces provocado por la incomprensión del mundo que les rodea. En efecto, la vida es un camino arduo de comprender cuya frustación ante los problemas que nos presenta pueden ser la base de un transtorno profundo. Tanto Lucía como Elvira y Ofelia lucharon por entender su mundo y sobretodo, por hacerse entender; sin embargo, el éxito no las acompañó acabando por residir en ellas la “folie”. Es pues, que con el inagurado “blog” intentaré dar rienda suelta a mis opiniones sobre el mundo que me rodea, en especial, centrando mi interés en el mundo operístico.



Por último y para poner fin a la pequeña presentación, me gustaría hacer mención de una cita de Maria Callas que expresa la superación y fuerza de voluntad que tenía la cantante y con la cual, quiero expresar el ímpetu con el que se inicia “La escena de la locura”:



«Yo era como el atleta al que le gusta ejercitar y desarrollar su musculatura, como el niño que corre y siente las fuerzas crecer en él, como la muchacha que baila y nota surgir en ella la danza mientras aprende. Asistía a sus clases particulares desde la mañana hasta la noche. Empezábamos a las diez de la mañana, parábamos para almorzar, generalmente un bocadillo, y proseguiríamos hasta las ocho de la noche. Para mí era impensable volver a casa, simplemente no hubiera sabido qué hacer allí»


1 comentarios:

Unknown dijo...

Espero de todo corazón que este blog sea el inicio de un gran punto de encuentro y reflexión -como tú bien dices- del mundo que nos rodea; y en ese mundo nunca nos puede faltar la ópera.

Muchas felicidades por el blog, Daniel.

No hay nadie más que tu en el mundo que se merezca Tener un blog asI.

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